DR. EDUARDO BELTRÁN ZAVALA

OTORRINOLARINGÓLOGO y OTORRINOLARINGÓLOGO PEDIATRA

El Dr. Eduardo Beltrán Zavala es un otorrinolaringólogo certificado en enfermedades y cirugía de oídos, nariz y garganta con subespecialidad en Otorrinolaringología pediátrica.

Cuenta con los conocimientos y habilidades para resolver tus problemas de manera eficiente y con trato amable, especialmente a los niños.

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DIAGNÓSTICO

Nuestro diagnóstico y tratamiento se basa en el trato cercano con el paciente y su familia, dedicación y constante actualización.

Su plan de tratamiento está diseñado para un progreso constante y prontitud.

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Hospital Ángeles Lindavista

Rio Bamba 639 Col. Magdalena de las Salinas, Gustavo A. Madero, CDMX.

Consultorio 415.

Dr. Eduardo Beltrán Zavala

  • Especialidad en Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello por el Hospital Juárez de México - Universidad Nacional Autónoma de México.
  • Subespecilialidad en Otorrinolaringología Pediátrica (Otorrino Pediatra) por el Hospital Infantil de México "Federico Gómez"- Universidad Nacional Autónoma de México.
  • Diplomado en Rinología, Senos Paranasales y Cirugía Facial – Universidad Nacional Autónoma de México.
  • Certificado por el Consejo Méxicano de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.
  • Miembro de la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.
  • Diplomado en Rinología, Senos Paranasales y Cirugía Facial en la UNAM.

SERVICIOS

Atención

Especializada

Atención a enfermedades de oído, nariz y garganta en niños y adultos.

Cirugías

Cirugía de amígdalas y adenoides, cirugía estética y funcional de nariz, tumores de cuello, cuerdas vocales y microcirugía de oído.

¡Brindando salud a la vida de toda la familia!

CIRUGÍAS

También llamada adenoidectomia.
También llamada amigdalectomia.
Endoscópica

INDICACIONES

La cirugía de las adenoides, también llamada adenoidectomia, generalmente, esta indicada para los niños con problemas respiratorias graves o con apnea de sueño. La apnea es una pausa de la respiración durante el sueño y, por lo tanto, una disminución del oxigeno en la sangre. La cirugía también es indicada en niños con infecciones serias y repetidas de los oídos (otitis), o de los senos de la cara (sinusitis). En casos específicos, niños con problemas graves de oído, se pueden beneficiar con esta cirugía.

La cirugia de adenoides generalmente, esta indicada para pacientes que tienen infamacion cronica del tejido adenoideo, esto les provoca respiracion oral, ronquido nocturno con o sin apnea de sueño, infecciones frecuentes y problemas de otitis recurrente lo cual puede llegar a problemas graves de oido como la sordera, le cirugia usualmente es bien tolerada y con una recuperacion tranquila.

La cirugía de las amígdalas, la amigdalectomia, tiene dos indicaciones importantes: los problemas respiratorios y los problemas infecciosos. Esta cirugía esta recomendada para los niños con amígdalas grandes que causan gran dificultad para respirar, que roncan al dormir o presentan apnea de sueño. También para los niños que están siempre con los labios entre abiertos y tienen alteraciones en la postura de la lengua, o en la posición de los dientes, además de alteraciones en la postura corporal.

Las infecciones repetidas de amígdalas, o amigdalitis, son indicios de la necesidad de la cirugía. Es importante aclarar que esta cirugía no mejora la situación de los niños que presentan amigdalitis causada por virus. Algunas enfermedades paras como: nefropatía por IgA, pustulosis palmo-plantar y psoriasis, también se pueden beneficiar de la amigdalectomia.

Las dos cirugías de la nariz mas realizadas en los niños son las del tabique nasal o septoplastía y la cirugía de los cornetes nasales, denominada turbinectomia. Ambas facilitan la respiración nasal en niños que presentan dificultades respiratorias importantes, como consecuencia de la nariz taponada.

Muchas veces, cuando son realizadas en niños con alergia, mejoran de manera significativa su calidad de vida, Sin embargo, el tratamiento para la alergia, deberá mantenerse después de la cirugía.

Cirugías que realizamos

  • Cirugía de Sinusitis(Endoscopica)
  • Cirugía de Adenoides

La cirugia endoscopica funcional de senos paranasales esta indicada en pacientes, tanto niños como adultos para tratar enfermedades las cuales ocasionan infecicones frecuentes de los senos paranasales, los cuales son cavidades que se encuentran en la cara cercanos a la nariz, al haber acumulo de moco los senos paranasales se pueden inflamar o infectar cronicamente debido a obstruccion del septum nasal (tabique) o a la presencia de hipertrofia de cornetes, poliposis nasal, tumores, etc.

La cirugia endoscopica de senos paranasales consiste el liberar los espacios obstruidos y retirar la patologia que esta obstruyendo los senos parasales y por ende la acumulacion de moco o la infeccion de este.

Los niños con los tímpanos perforados, deben ser sometidos a una timpanoplastía. Esta cirugía protegerá el oído, contra infecciones y contra problemas de audición. Los niños: con perforación e tímpano, supuración de oído frecuente, o portadores de Colesteatoma (tumor formado por el epitelio), pueden ser sometidos a la timpanomastoidectomía (cirugía de oído y de mastoides, la base del hueso temporal situada detrás de la oreja).

En algunos casos, es precios reconstruir los pequeños huesos que transmiten los sonidos para la cóclea, con el objetivo de restaurar la audición. Esa cirugía se conoce como osiculoplastia.

Principales preocupaciones

Pueden presentarse mareos o alteraciones en el equilibrio.

Cuidados especificos en el postoperatorio

Para retirar los puntos, se debe programar cita de acuerdo a las indicaciones del medico. En la semana posterior a la cirugía, el niño operado debe evitar ejercicios físicos o juegos como carreras, escondite, rescate, al igual que la natación y viajar en avión hasta que el cirujano lo haya dado de alta.

Para algunas personas, la prominencia o el tamaño de sus orejas son motivo de gran inconformidad estética. Esto es particularmente común durante la infancia, donde podemos ser objeto de bromas o marginación.

La otoplastia es la cirugía realizada para corregir la prominencia excesiva o tamaño de las orejas.

Es una cirugía que no amerita hospitalización, el mismo día el paciente se puede ir a su casa con algunos cuidados específicos.

¿Quiénes y a qué edad se es candidato a esta cirugía?

Son candidatos todas aquellas personas que presentan orejas prominentes o de gran tamaño. La otoplastia se puede realizar a partir de los 4-6 años de edad hasta la edad adulta. En los infantes, es recomendable realizarlo a edad temprana, ya que a entre los 4 y 6 años de edad, la oreja ha alcanzado prácticamente su tamaño definitivo. Además, a esta edad, se disminuye el tiempo de exposición en el que un niño puede ser objeto de bromas posteriormente al entrar a la etapa escolar.

¿Hay cicatrices visibles en la otoplastia?

El tipo de cicatriz resultante, varia según la técnica que se emplee y esta dependerá de cada caso individualmente. Generalmente, lo más común es realizar la cirugía a través de la parte posterior de la oreja. Esto permite dejar la cicatriz ubicada en el surco retroauricular, donde se une la oreja con la cabeza; haciendo prácticamente imperceptible la cicatriz.

¿En qué consiste la cirugía y su recuperación?

El objetivo es disminuir la prominencia o aspecto de “abanico”, haciendo que las orejas, se adosen a la cabeza, dando aspecto mas natural. Esto se logra mediante una incisión en la parte posterior de la oreja, moldear el cartílago y en ocasiones, quitar exceso de piel y cartilago de la oreja. Finalmente la oreja se fija de tal forma, que hace que esta se adose o “junte” mas hacia la cabeza. Durante un par de días, tendrá las orejas cubierta con un vendaje a modo de “banda” en la cabeza. Despúes de las primeras revisiones en consultorio y al retiro de suturas, usará una banda elástica en cabeza, cubriendo y realizando cierta presión en la orejas. Esta banda será usada todo el día durante la primeros 7 a 10 días y posteriormente solo por las noches.

Cirugía de Tumores de Cuello

PADECIMIENTOS

¿Qué es?

La otitis es una infección del oído o de la oreja y puede ser externa o media.

¿Qué la produce?

El canal del oído tiene un ángulo peculiar que lo protege justo cuando se aproxima a la membrana del tímpano. En algunas personas, este canal es más inclinado, lo que facilita la retención de agua. Además, la otitis externa es más común en verano porque el contacto con el agua es más frecuente.

Los niños alérgicos pueden presentar eczema (inflamación) de piel con tendencia a dermatitis. En la piel que envuelve al canal del oído también se puede presentar una descamación típica de eczema alérgico. La urticaria en estos casos es muy frecuente. El uso inadecuado de puntiagudos, con o sin algodón en las puntas, favorece la aparición de la otitis externa. Esa inflamación puede ser muy dolorosa y requiere cuidados especializados.

¿Qué es?

Es una infección de la piel en el canal auditivo externo.

¿Qué la produce?

Es el resultado de la permanencia del agua, por un tiempo prolongado, dentro del canal auditivo. Por esta razón, es importante que los niños con tendencia a esa infección sequen muy bien el oído después de haber nadado.

La otitis media aguda es una inflamación del oído medio causada por un microorganismo (virus o bacteria). La inflamación genera dolor, fiebre y produce un líquido dentro del oído que puede ser mucoso o purulento (que tiene pus). En los niños, la presencia de otitis se da, habitualmente, después de un episodio de gripe o resfriado.

En un número significativo de niños, la infección aguda de oído produce fiebre, así como malestar y postración (decaimiento); sin embargo, es importante tener presente que, principalmente, los niños menores de un año pueden presentar infecciones de oído sin fiebre.

Supuración es el drenaje de secreción a través de la oreja. Esa secreción tiene origen en el interior del oído y puede ser catarro o pus. El pus contiene glóbulos blancos y microorganismos causantes de la otitis. Generalmente, el pus acompaña a un episodio de otitis y es mucho más común en la otitis crónica que en la aguda.

Las otitis son más frecuentes entre los niños a causa de la inmadurez del sistema inmunológico, así como por la anatomía de la tuba auditiva (o trompa de Eustaquio), que es un pequeño canal que conecta al oído con la nariz.

Cuando la primera otitis se presenta a una temprana edad (menor de seis meses), se incrementa significativamente la posibilidad de recurrencia. Algunos niños que presentan cuatro o más episodios de otitis en un año, o tres episodios en seis meses, necesitan de cuidados muy especiales.>

¿Cuál es el tratamiento?

Puede ser necesaria una cirugía en la que se coloca un pequeño tubo en la membrana timpánica, conocido también como tubo de ventilación o tubito. Solo algunos niños, después de la supervisión médica adecuada y el tratamiento individualizado, necesitarán de la colocación de dicho tubo.

¿Cómo se colocan los tubos de ventilación?

Los tubos de ventilación de oído (tubos o tubitos) son colocados en el tímpano para permitir que el aire entre en la cavidad del oído del niño. Los tubos permanecen en la membrana timpánica alrededor de seis meses y generalmente son expulsados de forma natural. La pequeña perforación que se realiza en el tímpano para la salida del tubo cicatriza de manera espontánea.

En la mayoría de los casos, los tubos de ventilación contribuyen al tratamiento de la otitis y, en algunos casos especiales, existe la necesidad de recolocarlos.

La oreja que no se forma adecuadamente recibe el nombre de microtia. Los niños con microtia pueden presentar alteraciones en la mandíbula y en el rostro. El diagnóstico se realiza en el momento del nacimiento, así como una evaluación de la audición del bebé.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento se realiza por medio de cirugía plástica reconstructiva que puede ser planeada a partir de un diagnóstico adecuado.

Nuestro oído también es responsable de la coordinación y mantenimiento del equilibrio. El oído interno tiene dos partes principales: la cóclea y el laberinto. La cóclea se relaciona con la audición y el laberinto con el equilibrio.

¿Qué son las laberintitis?

Son enfermedades del oído que, generalmente, causan mareos y náuseas y algunas veces están acompañadas de vómitos.

¿Cómo identificar si mi hijo(a) tiene laberintitis?

Los niños con laberintitis pueden sufrir mareos y vómitos. Algunos se ponen pálidos y se refugian en sitios tranquilos, tienen miedo del ascensor o de las escaleras eléctricas, presentan problemas de equilibrio en la bicicleta, patines o patineta. Por eso, cuando el niño tiene miedo de subir a un árbol o de jugar en columpios, debemos pensar en una posible laberintitis. Otros niños sienten como si estuvieran pisando algodón, que el suelo se mueve o se rompe. También pueden sentir mareos al mover la cabeza.

Cerumen en el oído (¿Sabías qué?)

La cera es producto de la secreción de las glándulas que se localizan en la parte más externa del canal del oído (conducto auditivo externo) y sirve para proteger la piel del canal, manteniéndola hidratada e impermeabilizada. Funciona también como un vehículo para facilitar la salida de restos de piel y de otros residuos que pudieran entrar al canal auditivo externo. La coloración de la cera puede ser desde amarillo hasta un marrón obscuro y su consistencia también varía. La cera no es un problema, pero el exceso de ella, sí.

La nariz trabaja las 24 horas del día: calienta, humidifica y purifica el aire que respiramos. Es el salvavidas protector de la garganta y pulmones.

La nariz está revestida de un tejido de color rosa que se llama mucosa nasal. En ese revestimiento encontramos moco con anticuerpos y sustancias bactericidas (es decir, que matan bacterias), además de células de defensa. Esa mucosa forma un revestimiento especial que actúa como una barrera que protege la garganta y los pulmones.

Por ejemplo, las partículas nocivas que se encuentran en el aire que respiramos son captadas eficientemente por dicha mucosa y transportadas hacia la garganta, donde son ingeridas. Por lo tanto, los pulmones se benefician de una función nasal adecuada. El aire puro, caliente y humedecido que prepara la nariz no agrede las vías aéreas.

La nariz de los niños es mucho más estrecha que la de los adultos, por lo que la alergia, el frío y el humo de tabaco obstruyen con mayor facilidad. Además del tamaño reducido, la gran mayoría de los bebés no saben respirar por la boca cuando nacen, por eso son considerados respiradores nasales obligatorios, motivo por el cual se sienten muy incómodos cuando su nariz está obstruida. Los bebés con la nariz obstruida se ponen muy irritables cuando están recostados y no consiguen mamar adecuadamente.

Dentro de nuestra nariz existen cornetes nasales que se localizan en las paredes laterales. Son estructuras en forma de concha que calientan, filtran y humedecen el aire que va hacia los pulmones.

La rinitis alérgica es una reacción exagerada del organismo cuando entra en contacto con polvo, moho, pelos de animales, polen u otras sustancias capaces de producir alergia. Los principales síntomas o señales de la rinitis son estornudos, urticaria, obstrucción o secreción nasal (comúnmente llamado catarro). La alergia nasal puede ser controlada y tratada, sin embargo, todavía no existen medicamentos específicos para curarla.

Los huesos del rostro tienen cavidades en su interior llamadas cavidades paranasales, sinusales o senos del rostro. Las cavidades tienen canales de comunicación con la nariz a través de los cuales entra el aire hacia el interior de estas y las secreciones ahí formadas son eliminadas.

¿Qué es la sinusitis?

Es una infección originada en el interior de las cavidades paranasales cuando los canales de comunicación de estas con la nariz se obstruyen por tiempo prolongado. Las secreciones que se acumulan y la falta de ventilación favorecen el crecimiento de microorganismos que causan la infección. La sinusitis no discrimina edad ni sexo y puede presentarse incluso en bebés.

Las principales alteraciones relacionadas con la sinusitis son fiebre, nariz congestionada, secreción nasal persistente de color verde-amarillo (por más de diez días) y hábito de carraspear la lengua. El dolor de cabeza no es común en niños con sinusitis.

Comúnmente, la sinusitis aguda es precedida de un episodio de gripe o resfriado y generalmente presenta síntomas con más de tres meses de evolución. Los niños con sinusitis crónica acostumbran a toser de día y de noche, tener la nariz congestionada y catarro.

El carraspeo, la tos y el hábito de aspirar son frecuentes. Los niños con bronquitis de difícil tratamiento pueden tener también sinusitis. Es conveniente recordar que existe una asociación frecuente entre la sinusitis y el asma por lo que, al tratarse la sinusitis, se puede observar una mejora del asma.

¿Qué son?

Las adenoides o vegetación de adenoidea funcionan como un órgano de defensa de los niños que reconocen las bacterias o virus que causan la enfermedad (infección) e inician el proceso de destrucción de dichos microorganismos, en conjunto con otras estructuras de defensa de las vías aéreas.

Las adenoides crecen en los primeros años de vida y comúnmente disminuyen de tamaño en la adolescencia. Se localizan en la parte posterior de la nariz, en un lugar conocido como cavum o nasofaringe y no pueden ser visualizadas al levantar la punta de la nariz.

¿Qué es la adenoiditis?

Es la infección de las adenoides que causa obstrucción nasal y fiebre. La alergia y las infecciones pueden causar un aumento significativo de las adenoides y, cuando son muy grandes, en la mayoría de los casos es mejor retirarlas mediante cirugía para no dejar al niño sufriendo las innumerables y desagradables consecuencias.

La faringe es la parte posterior de la garganta. En sus paredes laterales se encuentran las amígdalas, que son un tejido con aspecto “esponjoso” y que se proyectan hacia el interior de la garganta.

Generalmente, las infecciones de la garganta causan fiebre y dolor que empeora al momento de disfagia. Los niños más pequeños, que todavía no se pueden quejar de dolor, pueden presentar alteraciones en los hábitos de alimentación, como dificultad de deglutir alimentos sólidos y cambios en el comportamiento. La salivación excesiva puede también estar relacionada con infecciones de garganta. En los niños con dolor de garganta, se observa con frecuencia dolor de estómago, fiebre alta y mal aliento.

Infecciones causadas por virus

Los virus y/o bacterias pueden agredir a la faringe y causar faringitis, así como a las amígdalas, generando amigdalitis. Estas dos infecciones presentan características diferentes en el examen realizado por el médico. El sistema de defensa de nuestro organismo es capaz de resolver, sin ayuda de antibióticos, los problemas causados por virus. En las infecciones de garganta ocasionadas por virus, la nariz puede estar tapada o con secreción.

Infecciones causadas por bacterias

Las infecciones causadas por bacterias deben ser tratadas con antibióticos. En los casos indicados y bajo orientación médica, es preciso hacer uso de antibióticos durante el número de días prescritos por el médico. Un tipo especial de bacteria conocida como estreptococo causa infección de garganta, y si no es adecuadamente tratado, puede generar problemas de corazón y riñones. Existen exámenes de diagnóstico que comprueban o desechan la presencia de esa bacteria.

¿Cómo se diagnostica la infección?

Solamente el médico, con auxilio de exámenes microbiológicos específicos, puede hacer la distinción entre una infección causada por bacteria o una causada por virus, además de identificar si la infección se encuentra en la faringe, amígdalas o en ambos lugares al mismo tiempo (faringoamigdalitis). En ciertos casos, es necesario hacer más de una evaluación médica del niño y en días diferentes para confirmar el diagnóstico.

La faringitis tiene múltiples orígenes y puede estar asociada a dolor, fiebre, picor y carraspeo. Los virus pueden causar dolor de garganta, fiebre, dolor de cuerpo, congestión nasal, catarro (secreción acuosa que escurre por la nariz) y ojos enrojecidos. Estos episodios son generalmente asociados a gripes y resfriados.

La herpangina es una infección viral que causa heridas muy dolorosas (aftas) en la parte superior de la boca y muy cerca de las amígdalas. El niño presenta fiebre alta, salivación en exceso, no se alimenta y se pone extremadamente irritable.

En el caso de gingivoestomatitis hérpica, también causada por un virus, además de las aftas, ocurre una inflamación intensa en la encía. El tratamiento se lleva a cabo con analgésicos, antitérmicos y aerosoles anestésicos.

El dolor de garganta está presente en las faringitis asociadas a la alergia (faringitis alérgica) y al hábito incorrecto de respirar por la boca. En algunos niños, el jugo gástrico ácido que se produce en el estómago puede regresar a la faringe (reflujo gastroesofágico) y causar irritación de garganta, carraspeo, dolor y tos.

De manera general, las infecciones respiratorias pueden estar asociadas con algunos factores que predisponen a ellas, como una mala alimentación, anemia, enfermedades del sistema inmunológico y por la exposición frecuente al humo de tabaco y a los ambientes contaminados.

Los niños que respiran por la boca pueden sufrir más de dolor de garganta e infecciones y aquellos que frecuentan el jardín de niños o guardería pueden estar más predispuestos a infecciones de las vías aéreas. Por eso, el tratamiento de la anemia, los cambios de hábitos y de ambiente pueden favorecer al tratamiento de las amigdalitis.

Cuando el niño presenta muchas infecciones de amígdalas en un espacio de tiempo corto (cuatro episodios en un año o tres en seis meses) es muy importante que un especialista haga una evaluación.

Los adolescentes pueden experimentar un número mayor de amigdalitis debido a momentos estresantes como exámenes escolares, cambios de casa o de ciudad, ruptura con su pareja, separación de los padres, entre otros.

¿Qué es?

Los linfonodos son importantes órganos de defensa que se localizan en el cuello y funcionan como un filtro que aumenta de tamaño cuando existe un proceso inflamatorio en la garganta. Ganglio es un término comúnmente utilizado para designar una inflamación en los linfonodos del cuello, denominado infarto ganglionar.

De forma figurada, el ganglio funciona como un “cuartel” que aumenta de tamaño cuando sus “soldados” – los anticuerpos-, se preparan para combatir a los enemigos, que son las infecciones.

Los ganglios deben regresar a su tamaño normal algunas semanas después de que la infección de garganta sea curada. En caso de que esto no suceda, es necesario acudir al médico para realizar una nueva evaluación del niño. Los ganglios en el cuello también pueden ser causados por otros motivos (infecciones o tumores), de ahí la importancia de una evaluación médica.

Algunas enfermedades más graves o causadas por virus pueden provocar aftas (lesiones bucales). La mayoría de las veces no se consigue identificar lo que ocasiona las aftas en los niños, sin embargo, situaciones estresantes pueden predisponer su desarrollo.

Algunos niños y adolescentes, después de presentar cuadros de infección bucal con fiebre y aftas, tienen episodios recurrentes de pequeñas heridas en la boca y garganta, con síntomas de dolor y quemazón. El causante de estas lesiones es un virus del grupo herpes y suelen aparecer después de periodos de estrés (exámenes o competencias) o por exposición al sol.

La laringe es el órgano especializado en la producción de sonidos. Tiene forma de cilindro, en el que hay pliegues o cuerdas vocales. La laringe también protege los pulmones contra la entrada de alimentos.

En los bebés, la laringe es muy estrecha y si se inflama puede dificultar bastante el paso de aire hacia los pulmones, ocasionando dificultades respiratorias significativas y produciendo un sonido llamado estridor. Además del estridor, otros sonidos característicos son producidos por la laringe enferma.

La “tos de perro” se caracteriza por el sonido metálico y los episodios de tos que son seguidos por el “chirrido” o inspiración ruidos, también son característicos de la laringitis. El ronquido esporádico o permanente también sugiere enfermedad de los pliegues vocales.

¿Qué es?

Es un proceso inflamatorio de la laringe que generalmente es más intenso durante la noche. Puede ser causada por un virus o alergia, o bien, por la secreción ácida del estómago que regresa hacia la laringe (reflujo gastroesofágico), causando laringitis estridente aguda o recurrente.

¿Cuáles son los síntomas?

La laringitis se caracteriza por tos metálica (“tos de perro”) y dificultad para respirar. El niño puede presentar estridor (sonido de esfuerzo al respirar) y, a veces, colocar la cabeza para atrás, estirando el cuello con el propósito de respirar mejor.

Los niños con laringitis deben ser evaluados por un médico y, algunas veces, llevados al área de urgencias de un hospital cuando es considerada como una emergencia médica. La laringitis aguda se caracteriza por ronquera o afonía (dificultad importante en la producción de voz) y dificultad respiratoria de leve a moderada. También puede ser acompañada de gripe o resfriados. En niños alérgicos, la laringitis aguda puede repetirse con crisis de alergia nasal.

La epiglotitis es una infección grave de la epiglotis (estructura que funciona como una tapa que protege la laringe) y se caracteriza por la dificultad intensa de respirar. El niño presenta estridor, lleva la cabeza hacia el frente, no consigue deglutir y babea mucho, su temperatura es alta y la postración (decaimiento) es intensa. El niño debe ser llevado al área de urgencias de un hospital.

¿Qué es?

Es una alteración en la estructura de la laringe que la vuelve más “blanda” o débil, provocando la obstrucción del paso del aire cuando el bebé inhala o exhala el aire.

En algunos niños, esta obstrucción produce un “chillido”, “ronquera” o estridor al inhalar, siendo más evidente durante las lactancias o cuando lloran, y puede estar presente en el momento del nacimiento o manifestarse durante las primeras semanas de vida, cuando el bebé se mueve más.

¿Cuál es el tratamiento?

La mayoría de las veces, hay una mejora espontánea antes de que el niño cumpla los dos años, sin embargo, durante ese periodo, los bebés deben ser llevados al médico cuando tengan alguna dificultad para respirar, lo que generalmente ocurre durante los refriados, la gripe o dependiendo del grado de ablandamiento de la laringe.

Los niños que no pueden alimentarse adecuadamente y no ganan peso debido a la laringomalacia, pueden beneficiarse de la cirugía indicada para esos casos, denominada supraglotoplastia. El diagnóstico es confirmado por medio de una videofibrolaringoscopia, a través de la cual se filma la laringe en movimiento sin necesidad de anestesia general.

Existen niños que nacen con malformación de laringe y no consiguen respirar normalmente, presentan una enorme dificultad para amamantar, se atragantan, pierden el aliento fácilmente y, algunas veces, sus labios se ponen amoratados. No consiguen alimentarse directamente y, como consecuencia, no ganan peso.

Las principales malformaciones de la laringe son: las estenosis (estrechamiento), las grietas (cavidades en las paredes de la laringe) y las membranas laríngeas (malformaciones).

¿Cómo se trata?

Algunas malformaciones no perjudican el desarrollo del niño, sin embargo, en aquellos niños que corren peligro de muerte por no poder respirar adecuadamente o por no poder ganar peso, el tratamiento es quirúrgico.

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